Saludos amigos y amigas, bienvenidos al miercolito sin numeritos. Un miercolito en donde aún el sabor de los labios muestra el reflejo agrio y dulce del partido de anoche. Una serie que tiene el mayor atractivo en este deporte en todo el mundo.
Hoy arranca el voleibol gubernamental... una liga de altura, con buenos equipos en las ramas masculina y femenina... sería bueno que los aficionados al deporte apoyen y asistan, para que vean un gran torneo con equipos como Asamblea, DIMA y muchos más.
¡SALUDOS A DON BETO REMON!
Vamos al grano... a lo espeso del chicheme. Ya empezó la liga de béisbol profesional de Nicaragua, y los panameños, parece que son focos de interés. Los panas han trasladado sus maletas a tierras pinoleras para jugar en el primer circuito profesional, donde los campos y camerinos no son nada profesionales y en donde la estructura económica pareciera ser endeble, pero para el béisbol nica, nada es imposible.
En mis visitas a la tierra de los lagos y volcanes, he tenido la oportunidad de estar en el estadio de las Fieras del San Fernando en Masaya, el parque de León y el tradicional Dennis Martínez de la capital... y ninguno es de características profesionales.
Major League Baseball le exigió a Panamá campos de arcilla molida, camerinos de lujo, "paddys" para las cercas, luces graduales, cuevas con piso de madera y muchas cosas más. Nicaragua ha montado su liga y no se ven a simple vista, exigencias en terrenos, pues son los mismos de siempre.
Así es, como dijo mi abuelita Petra... "la suerte del feo, el bonito la desea". Nicaragua tiene su liga y nosotros miramos los toros desde la barrera. Ojalá les vaya bien... y puedan seguir adelante. Ellos han puesto reglas diferentes en los salarios de los peloteros y eso va a ser determinante.
Nos quedará de experiencia, debiéramos seguir adelante, tratar de volver al profesionalismo, pero no es lo mismo que antes... ya fracasamos y ahora va a ser más duro.
Nicaragua tiene la afición, tiene el apoyo, el carisma, los peloteros y tiene todo para seguir adelante. Panamá tiene la fe, las ganas, pero nos falta el apoyo, la credibilidad y la dirigencia que se meta de lleno en el asunto. ¡Viva el béisbol!