El subsidio electoral será rebajado. Extraoficialmente, Crítica conoció que la propuesta que será analizada y aprobada por el Órgano Ejecutivo contempla reducir a la mitad los desembolsos del Estado a los partidos políticos en concepto de subsidio electoral.
La propuesta plantea eliminar lo que hasta hoy se conoce como subsidio preelectoral y poselectoral e institucionalizar un solo desembolso, principalmente para destinarlo a capacitación de dirigentes de partidos políticos a través de la creación de un "Centro de Capacitación Cívico, Político y Ciudadano".
Dicho centro estaría bajo el paraguas administrativo del Tribunal Electoral (TE); sin embargo, no se descarta convertirlo en un organismo autónomo.
Actualmente, el subsidio electoral se financia del 1% de los ingresos corrientes del Estado dentro del presupuesto nacional.
La nueva propuesta es dejarlo entre 0.6% a 0.4% de los ingresos corrientes del gobierno central.
Los partidos políticos han recibido desde 1999 a la fecha B/35.6 millones en concepto de subsidio electoral, y de mantenerse la ley tal está, esta cifra podría alcanzar los B/69.3 millones.
Lo del subsidio se aprobó con las reformas electorales de 1997. Desde el gobierno de Guillermo Endara (q.e.p.d.) se discutía el tema. En la administración del ex presidente Ernesto Pérez Balladares se aprobó formalmente institucionalizar el subsidio estatal y se puso en práctica en los comicios de 1999.
La legislación estableció que el subsidio sería el equivalente al 1% de los ingresos corrientes del gobierno central correspondiente al año anterior al de las elecciones.
Para el período 1999-2004, el subsidio se estableció en B/15.3 millones; mientras que para el quinquenio 2004-2009, la suma fue de B/20.3 millones y para el período 2009-2014, el subsidio se estima en B/33.7 millones.
Algunas estimaciones señalan que para el período 2014-2019 este financiamiento puede aumentar a B/35 millones.
Para el reparto del subsidio hay dos fases. Un reparto igualitario entre todos los partidos del 40% del monto, de los cuales el 10% se destina para gastos de postulaciones, primarias y convenciones, y el otro 30% para gastos de publicidad.
Luego hay un último reparto "poselectoral" del 60% del subsidio, con base en los votos presidenciales que obtengan los partidos que han subsistido.