La séptima cumbre de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) cerró ayer en Cochabamba con la determinación de sustituir el dólar en el intercambio comercial y con la aprobación de sanciones económicas en contra del Gobierno de facto de Honduras.
El punto en el que no hubo acuerdo es en la propuesta del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, de conformar "una alianza militar defensiva". Lanzó esta idea, según dijo, ante las amenazas del imperio y lo hizo luego de escuchar un informe sobre la crisis de Honduras.
"¿Por qué no? ¿Quién nos puede prohibir a países soberanos hacer una alianza militar defensiva y cruzar soldados y oficiales y entrenamiento y equipamiento y logística?", dijo Chávez.
El presidente Evo Morales, quien presidía la cita de mandatarios, discrepó con la propuesta de hacer "una resolución acelerada" y, por el contrario, pidió estudiar el tema.
En esta materia, los presidentes "conforman el Comité Permanente de Soberanía y Defensa de la Alianza Bolivariana para Los Pueblos de Nuestra América ALBA-TCP, como parte del Consejo Político cuyos objetivos principales serán la definición de una Estrategia de Defensa Integral Popular Conjunta y la constitución de una Escuela de Dignidad y Soberanía de las Fuerzas Armadas de los países del ALBA-TCP".
Si bien la Cumbre se había planteado tres temas económicos, el discurso político fue contundente, sobre todo, a la hora de reafirmar la vocación socialista del bloque y de acusar al imperialismo y a la derecha de complotar contra el ALBA a través del golpe en Honduras y la presencia militar de EE.UU. en Colombia.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, instó al bloque "a estar muy atentos" porque, en su entender, "hay una restauración de la derecha" y puso como ejemplo la situación de Honduras y la presencia militar de Estados Unidos en Colombia.
En ese marco, la crisis de Honduras fue transversal a todas las intervenciones, en las que hubo una coincidencia: la continuidad del Gobierno de facto es un ataque al ALBA.
En el momento en que la canciller del depuesto presidente Manuel Zelaya, Patricia Rodas, informó que el diálogo con el Gobierno de facto de Roberto Micheletti "ha sido definitivamente roto", información que no fue avalada en Tegucigalpa, pues los presidentes aprobaron una declaración para imponer "sanciones económicas y comerciales contra el régimen golpista".