Al menos doce personas murieron ayer, entre ellas dos policías que estaban en un helicóptero que explotó tras ser tiroteado, mientras diez autobuses fueron incendiados durante enfrentamientos entre narcotraficantes en Río de Janeiro, informaron fuentes oficiales.
Los conflictos, que generaron pánico en una amplia región de la zona norte de esta ciudad brasileña y también dejaron ocho heridos, fueron provocados por una disputa entre bandas rivales de narcotraficantes, cuyos disparos alcanzaron a un helicóptero policial que participaba en un operativo contra los pistoleros.
Dos de los tiradores de élite de la Policía, que ocupaban la aeronave, murieron carbonizados como consecuencia de la explosión.