Panamá logró enviar al mercado asiático el primer contenedor cargado con algas marinas comestibles, que son cultivadas en el sector indígena de Cativá, provincia de Colón, de forma artesanal, aunque en su segunda etapa el proyecto contempla la instalación de una planta de tratamiento y empaque con inversión entranjera.
Las algas marinas exportadas son la Carragenina (hidrocoloide), tienen una amplia demanda en el mercado asiático, indicó el encargado de la Misión Técnica de Taiwán en Panamá, Kevin Cheng, aunque en Panamá se trata de un producto que no es consumido por la población panameña.
Las algas son utilizadas como espesantes, gelificantes y estabilizantes; además de que en su forma natural son usadas en laboratorios de cosmetología y en biomedicina.
Afirmó además que aún es limitada la cantidad de algas que se producen, a pesar de que el proceso de cosecha se realiza cada 45 días.
Gilberto Canto, de la dirección de Fomento y Asistencia Técnica de la Autoridad de los Recursos Acuáticos (ARAP), aseguró que la primera fase de proyecto fue "un tanto experimental" y que abarcó desde la selección de la semilla hasta la exportación del producto.
Al estar el proyecto dentro de un área indígena, antes de avanzar a la siguiente fase se debe contar con la aprobación de las autoridades comarcales, lo que ya se logró, dijo Canto.
Para la nueva etapa se contará con un grupo, principalmente de mujeres, organizado en una Cooperativa de Cultivadores de Algas, con el que la ARAP firmará un acuerdo de cooperación y que permitirá a los funcionarios acceder al área.
En la primera fase del proyecto se lograron exportar 22.5 toneladas. El precio por tonelada de este producto en el mercado asiático oscila entre los B/700.00 y B/900.00.
Gilberto Canto confirmó que se logró obtener un pequeño margen de ganancia en esta primera etapa, y que alcanzó los 7 mil balboas, con lo que se pudo mejorar la situación social y económica de esta zona indígena.