El dolor de oídos puede originarse por diversas razones.
Un hecho curioso es que, según estudios realizados, los dolores de oídos son peores de noche. ¿Por qué? Esto se debe a que durante el día, se mantiene la cabeza erguida y las trompas de Eustaquio drenan de manera natural hacia la parte posterior de la garganta. Además, el masticar y tragar hacen que los músculos abran las trompas y permitan que entre aire al oído medio.
Pero si lo que deseas es remediar el malestar sin necesidad de ir al médico, entonces puede aplicar algunos de esos remedios que usaban las abuelas, y que han resultado efectivo.
El primero es exprimir un limón hasta obtener el zumo, para luego empapar una bolita de algodón. Esta la deberá colocar en la entrada del oído, nada profundo, antes de dormir. En pocos días notará que el dolor desaparecerá. Esto lo puede hacer si hay exceso de cera, lo que produce el dolor.
También puede aplicar compresa de agua caliente en ambos oídos y la garganta durante unos cinco minutos. Pasado ese tiempo puede renovar las compresas por otras.
Macerar 10 ó 12 cabezas de manzanilla en un tarro de cristal con 4 cucharadas de aceite de oliva durante 48 horas. Luego aplicar esta preparación con un algodoncito.
Calentar dos cucharaditas de aceite de oliva o de almendra y dejar que se refresque a temperatura corporal. Aplicar 2 ó 3 gotas templadas en el conducto del oído. Proteger con un pequeño algodón.