El Reino Unido se dispone a reclamar sus derechos soberanos sobre más de un millón de kilómetros cuadrados en la Antártida, .
La reclamación, que el Gobierno de Londres presentará oficialmente a las Naciones Unidas, representa un claro desafío, al espíritu del tratado de 1959, destinado a prevenir futuras disputas, y que establece que no se presentarían nuevas reclamaciones territoriales sobre la Antártida.