La Junta Militar birmana admitió ayer que continúa con la persecución de opositores y que miles personas fueron detenidas, mientras el enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, prosigue buscando apoyos en Asia para solventar la crisis en Birmania (Myanmar).
Ese anuncio de los militares fue hecho un día después de que el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, pidiera al régimen que inicie un proceso para la democratización de su sistema político, y calificara de "repugnante e inaceptable" la represión de las multitudinarias manifestaciones pacíficas en favor de la democracia. Unos 2.927 birmanos han sido detenidos desde que a finales de septiembre se emprendió operación policial contra miembros de los grupos antigubernamentales.