Desde hace varios meses hay una crisis en torno a la recolección de la basura en el distrito capital. En medio de dimes y diretes, los funcionarios municipales, del Gobierno Central y los diputados, se culpan unos a otros de la situación.
Las pugnas entre Panameñistas y sus aliados de Cambio Democrático no permiten que el problema se resuelva o disminuya. Los desechos se acumulan en los corregimientos del distrito capital. Se aprobó una ley que crea la Autoridad Nacional de Aseo en reemplazo de la Dirección Municipal de Aseo Urbano y Domiciliario, pero hay que esperar hasta inicios del 2011 para que la nueva entidad asuma labores.
En ese lapso, la crisis acumulada de la basura aumenta y aumenta. Cada día se producen en el distrito de Panamá 1, 600 toneladas de basura que no son recolectadas eficientemente
La Alcaldía se queja que tiene una partida de 2.6 millones de balboas, pero en Fiscalización de la Contraloría le han devuelto en tres ocasiones la documentación. ¿Por qué tanta burocracia? Lo correcto era que si había alguna falla en los documentos presentados, se advirtiera desde la primera vez que era lo que faltaba.
En medio de toda esa verborrea, el panameño común es el que debe soportar la hediondez de la basura acumulada. La gente que no tiene recursos para contratar un camión para que le eliminen del frente de su casa los desperdicios, observa impotente tanta incapacidad para que resuelvan un problema de salud.
El panorama será peor ahora para las fiestas de fin de año, cuando aumenta la producción de basura y siga la misma tiradera de bola entre funcionarios que no resuelven nada.