Los cardenales de todo el mundo comenzaron a llegar esta semana al Vaticano para celebrar el 25 aniversario del Papa Juan Pablo II, en lo que muchos consideran que será una especie de ensayo de la elección de su sucesor.
La presencia de los altos jerarcas de la Iglesia Católica en la curia romana multiplicará las conjeturas tras bastidores sobre la sucesión, avivadas ya por meses debido a la salud visiblemente deteriorada del Pontífice, de 83 años.
John Allen, columnista del National Catholic Reporter y autor de ``Cónclave'', indicó que dos de los primeros candidatos son latinoamericanos: Claudio Hummes, de Brasil, un defensor de los trabajadores y los campesinos, y Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, de Honduras, una estrella en ascenso de la Iglesia y un ardiente luchador por la justicia social. Ambos tienen puntos de vista doctrinales tradicionales.
Hummes, de 69 años, es considerado una fuerza unificadora dentro de la Iglesia y con experiencia pastoral en el mayor país católico del mundo como arzobispo de Sao Paulo. Rodríguez Maradiaga, de 60, es el carismático arzobispo de Tegucigalpa.
El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, 66 años, arzobispo de Buenos Aires, definido como un hombre tímido, esquivo y de pocas palabras, crítico severo de los modelos económicos neoliberales, proclamado cardenal en el 2001 junto con otros 10 latinoamericanos, goza de fuerte popularidad entre sus colegas y podría convertirse en el primer pontífice jesuita de la historia, según la agencia EFE.
Un administrador desconocido podría ser el perfecto, según algunos expertos, lo que favorecería a un candidato italiano porque ellos tienen la mayor experiencia para manejar los asuntos del Vaticano y la curia romana.
Dionigi Tettamanzi, de 69 años, el rollizo y afable jefe de una de las grandes arquidiócesis del mundo en Milán, está en el tope de la lista de los italianos.
Su principal defecto es simplemente que muchos fuera de Italia no quieren ver de vuelta a la Iglesia en manos de italianos. |