EDITORIAL
Control de los "diablillos amarillos"
El desenvolvimiento de la
especialidad transportista dedicada al traslado de los niños y jóvenes
estudiantes genera un negocio de sensitivas consecuencias, por servir al
propósito de apoyo de las labores educativas y de divertimento juvenil,
que organizado en gremios profesionales otorga a los "busitos amarillos",
la importancia pública que tal quehacer titula.
Sin embargo, abusos reiterados, desórdenes en el manejo, expresiones
descorteses de censurables vocablos, unidos a actos de criminalidad que
envuelven muertes, lesiones, tocamientos y violaciones carnales, provocaron
el reclamo ciudadano para cancelar tales despropósitos e imponer
orden en esos menesteres, dándoles los sitiales de respeto y dignificación
que amerita trabajar con menores.
En tal derrotero las autoridades del tránsito terrestre y la Policía
Nacional adelantaron operativos dirigidos al saneamiento de los comportamientos
en los "diablillos amarillos", cuyas resultas iniciales muestran
un centenar de vehículos de transporte estudiantil, retenidos por
comprobadas infracciones reglamentarias y legales, entre las que destacan
las ventanillas y parabrisas cubiertos de papel ahumado; la dotación
de componentes y otros artefactos sonoros en violación de los niveles
de audición que previene la ley; asímismo, múltiples
licencias vencidas y no adecuadas, en posesión de conductores que
no alcanzan las edades previstas en los reglamentos; medidas que aplaude
la ciudadanía que aspira mejores estadios al vivir citadino.
Sin embargo, propietarios de agrio hablar, con descomedidos gestos, y
con amenazas de violencia física, protestan contra el saneamiento
de los busitos escolares y provocan controversias ácidas, en las
cuales emergen los propósitos egoístas de mantener vigentes
sinecuras y los abusos ilegítimos.
Para el ciudadano común resulta inexplicable que en medio de este
operativo sanitario de la policía nacional, se produzcan cambios
de mando y traslados de las autoridades que los dirigían y hacían
cumplir; situación que amerita aclaraciones precisas, para disipar
las suspicacias y las conjeturas arbitrarias; en tal sentido, las jefaturas
deben proferir las aclaraciones.
La lucha por adecentar la vida comunitaria y vecinal en Panamá
pasa por afirmar los propósitos cívicos y patrióticos
de hacer de nuestro país un lugar de valía; idóneo
para cultivar las relaciones amicales, fraternas y vecinales; alejado de
los abusos y extravíos sociales que ofenden las cortesías,
los tratamientos y los respetos.
Ojalá el operativo de los "diablillos amarillos" se
extienda a otras actividades sociales y se traduzcan en seguridad, ascenso
y avance cultural y personal de nuestros jóvenes y niños,
sometidos hoy a irrespetos, carencias y amenazas profundas.


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AYER GRAFICO |
Ismael (Cucho) Vallarino, Diputado coalicionista, se identificó con
los estratos populares. |


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