El Ejecutivo le dio ayer un golpe técnico al Organo Judicial, luego que el mandatario Martín Torrijos anunció que el Gabinete decidió declarar vacante el cargo de magistrado que ocupaba el presidente de la Corte Suprema de Justicia, César Pereira Burgos.
Tras la opinión de la procuradora de la Administración, Alma Montenegro de Fletcher, el Gabinete decidió aplicar la Ley Faúndes, que obliga al retiro de todo funcionario que haya cumplido 75 años.
Torrijos alegó que sólo cumple la ley al disponer el retiro de Pereira Burgos y anunció la designación de Esmeralda Arosemena de Troitiño, como magistrada de la Corte.
Pereira Burgos puede interponer varios recursos, entre ellos, un Amparo de Garantías Constitucionales ante la propia Corte. La presidencia del Organo Judicial la asumirá el magistrado José Troyano.
El magistrado Arturo Hoyos dijo que por tener carácter administrativo, la decisión del Ejecutivo entra de inmediato en vigencia, pero destacó que el caso debe ser resuelto en el marco jurídico y sin politiquería.
Para el exprocurador Rogelio Cruz el retiro de Pereira Burgos es "absurdo", porque ninguna ley está por encima de la Constitución y además provoca un peligroso enfrentamiento entre dos órganos del Estado.
Cruz comparó la decisión contra Pereira Burgos con el juego de fútbol de ayer entre Panamá y Estados Unidos. El contralor Alvin Weeden le pasa la pelota a Torrijos, éste la transfiere a la procuradora de la Administración y Alma Montenegro de Fletcher la devuelve a Martín, para que meta su gol.