El premier británico, Tony Blair, ha vuelto a negarse a presentar sus disculpas por la guerra de Irak.
Pese al informe sobre las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein (que concluyó que tales armas no existían desde 1991) el líder laborista ha pasado al ataque para justificar su defensa.
"No voy a disculparme por derrocar a Saddam. No voy a pedir perdón por la guerra. Era lo que había que hacer para garantizar la seguridad del mundo", dijo Blair.