El volcán Santa Helena (Washington, noroeste) arrojaba lava, aunque los científicos consideraban lejana una erupción inminente.
De todas maneras los científicos habían subrayado que de ocurrir una explosión esta sería mucho menor a la de 1980. Aquella erupción provocó 57 muertos.
Tras 18 años de inactividad, el volcán se despertó el pasado 1 de octubre y lanzó durante 25 minutos una densa columna de humo blanco y ceniza.