La ciudad natal del terrorista jordano Abu Musab al Zarqaui se esfuerza para que se olvide la negra fama que le ha dado el hijo pródigo, y ha emprendido una campaña para vender su imagen como Zona de Libre Comercio.
Nadie en Zarqa, a 30 km al noreste de Amán, quiere hablar del terrorista, unos porque "hace quince años que no viene por aquí", otros porque "solo sé le por tele", o porque se cree que "es un montaje de los americanos".