"Vivimos en un mundo donde la denominada cultura post-moderna ha sido avasallada, y es considerada por los adolescentes tonta y desechable", afirma la orientadora familiar del Ministerio de la Juventud, la Mujer, la Niñez y la Familia, Ana María Atencio.
Según Atencio, los valores, costumbres y derechos actualmente han quedado en el olvido, debido a que el respeto por la vida se ha perdido, "porque Dios, la familia y todo lo que era importante en nuestras vidas, los hemos colocado en ultimo término". Mencionó que para los jóvenes lo que interesa es vivir el momento, por lo que los valores se encuentran muy resquebrajados.
Para la orientadora familiar, nos hemos acostumbrado a desechar todo aquello que no produzca sensación y lo que no sea fácil, por lo que constantemente escuchamos frases como "¡no me gusta lo dejo!, ¡me salió mal no importa!, ¡sí me casé y no funciona!, ¡hasta allí llegó!".
EDUCACION Y REBELDIA
Aleida Herazo, psicóloga de la Dirección de Familia del ministerio, dice que el origen del problema se debe en gran parte a la forma en la que educamos a nuestros hijos. Aseguró que ningún hijo quisiera alejarse de sus padres, porque todos se sienten bien con las comodidades que les ofrecen como casa, comida, carro y dinero gratis, por lo que generalmente "prolongan su adolescencia".
Señaló que cuando los hijos se alejan de un hogar para vivir solos, lo hacen porque existe problema dentro de familia y no porque ellos desean. Explicó que los jóvenes cuando entran en el período de la adolescencia, se convierten en rebeldes, al percatarse de que los pensamientos que compartían con sus padres ya no son iguales. "Hasta llegan a creer que lo que sus progenitores decían era falso", manifestó la psicóloga.
Explicó que en este tipo de situaciones los jóvenes comienzan a pensar y elaborar sus propias decisiones, de otra manera, y tienden a ser rebeldes por la falta de comunicación en el hogar y porque el espacio que tienen para pedir ayuda no es muy bueno. "Es allí donde viene a llenar ese vacío la novia o el novio y es cuando se equivocan", subrayó.
Herazo recomienda que los padres deben entender que a los adolescentes no se les puede tratar como niños y cuando llega ese momento tienen que flexibilizar sus normas, para utilizar la negociación y el diálogo. Ambas especialistas destacaron que la escuela juega un papel fundamental en todos estos aspectos, al igual que la familia.
"Podemos utilizar la tecnología, para presentar videos sobre los valores que no existan clases tan teóricas, sino que se enfoquen las virtudes por medio de dinámicas, a través de un espacio donde los adolescentes puedan hablar y comunicarse con los adultos", recalcaron. Consideraron que una de las funciones básicas que tiene la escuela en la formación es la autonomía. "Nosotros tenemos una disciplina castrante, tenemos reglamentos que matan la vida de un estudiante, ya que escuchamos dictámenes como ¡si te fugaste, tantos días! ¡si llegaste tarde, te quedas afuera!", sostuvieron.
Dijo que la clave está en la conducta o valores que se inculca a los jóvenes, ya que cada corrección que le hagamos a un estudiante o a un adolescente dentro del hogar debería encaminarse para potenciar el valor, porque ellos se encuentran en una etapa de formación.
Señalaron que existen muy pocos profesores que se sienten comprometidos de verdad con la formación. "Los cambios de metodología son importantes y la labor prioritaria con los hijos tiene lugar dentro de la familia, ya que este es un trabajo donde todos tenemos responsabilidades", enfatizaron. |