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Para frenar la caza indiscriminada y la tala, ANCON inició el proyecto de Reconversión de Pajonales en Zonas de Cultivos Agrícolas, donde hoy día se cosecha arroz en fangueo.  |
San Vicente de La Tranquilla es una comunidad de poco más de 200 habitantes, inmersa dentro del Parque Nacional Chagres y donde los campesinos tras años de duro bregar, hoy miran el futuro con esperanzas, ya que, gracias al apoyo de diferentes entidades, se dedican a actividades sostenibles, que no atentan contra las áreas boscosas y le proveen de alimentos básicos.
Los habitantes de San Vicente de La Tranquilla se encontraron con la "mala" nueva de que no podían seguir cultivando la tierra de la única forma que lo sabían hacer: tumbando el monte, para después quemarlo y sembrar. Si bien, por un lado la decisión del gobierno de crear el Parque Nacional de Chagres y esta área protegida era algo impostergable, ante los alarmantes índices de deforestación y la secuela que había dejado el fenómeno de El Niño en 1983, los campesinos se encontraron ante una disyuntiva: ¿Cómo cultivar todos los años en las mismas tierras? ¿cómo explotar la tierra sin deforestar, ni afectar la producción de agua, ni erosionar los suelos?
Secundino Hernández, presidente de la Unión Campesina del Lago Alajuela (UCLA), reveló que la decisión de las autoridades provocó resentimiento en la población ante estas medidas impuestas, por lo que decidieron organizarse y negociar.
Para frenar la caza indiscriminada y la tala, la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ANCON) inició el proyecto de Reconversión de Pajonales en Zonas de Cultivos Agrícolas, donde hoy día se cosecha arroz en fangueo, hortalizas, café, guandú, plátanos y otros productos.
Porfirio Castillo, un campesino con más de 25 años de habitar en San Vicente de La Tranquilla... "a través de este proyecto aprendimos la técnica de cultivo de arroz en fangueo... sin estos proyectos se hubiese acabado con gran parte de los bosques del Parque Nacional Chagres".
El presidente de ANCON, Jorge Tovar, dijo que durante una conversación con Porfirio notó que él ya no mira con nostalgia los montes que se alzan allá en lo alto del Parque Nacional Chagres, porque sabe que de su conservación depende el agua que alimenta las potabilizadoras y garantiza el funcionamiento del canal, al igual que los cultivos que ha sembrado a orillas del lago Alajuela.
La calidad del agua muestra una tendencia a deteriorarse, es decir, la mejor agua del mundo o el cóctel del Chagres que por años hemos tomado en forma gratuita, está en peligro de desaparecer. Esto, debido al crecimiento de la población y a la mala disposición de los desechos y las aguas residuales que sin tratamiento alguno, van a dar a las quebradas y ríos que alimentan las potabilizadoras.
Esta comunidad se animó a participar del programa de reforestación selectiva, donde funcionarios de ANCON brindan la capacitación a los campesinos, en el cual ellos, a la vez que reforestan un área que antes era un pajonal, reciben un salario.
San Vicente de La Tranquilla y otras comunidades, se han organizado y formado viveros para cultivar los plantones que luego sembrarán en las cabeceras de los ríos y en las zonas de servidumbre de aguas, para proteger los suelos de la erosión. Son comunidades dispersas y pobres y si no se mejora su calidad de vida, buscarán su sustento en los bosques. |