EDITORIAL
Subsidio electoral
A partir de las reformas electorales que rigieron los comicios generales de 1999, se implementó en Panamá el subsidio estatal a los partidos políticos, pero poco o nada se conoce del manejo de esos fondos.
Para el año 2003 se contempla en el presupuesto del Tribunal Electoral la astronómica suma de 17 millones de balboas, de los cuales el 40 por ciento, debe ser distribuido para cubrir los gastos de publicidad y de las convenciones, así como de las elecciones primarias de los colectivos legalmente reconocidos.
Esa cifra, cerca de siete millones de balboas, se distribuye de manera igualitaria entre los partidos políticos. El resto de los 17 millones de balboas, se desembolsan a lo largo del quinquenio posterior a las elecciones, para cubrir los gastos propios del funcionamiento de las fuerzas políticas que subsistan en el torneo electoral del 2004. Esta cantidad será entregada en proporción a los votos obtenidos, en los comicios presidenciales.
El subsidio estatal surgió como una vacuna para prevenir la infiltración del dinero del narcotráfico en la financiación de las campañas políticas.
Sin embargo, ante las denuncias de corrupción que han sacudido a la clase política panameña, se hace necesario divulgar los detalles del manejo de esos fondos estatales.
La Ley de Transparencia permite el acceso a información sobre el manejo de fondos públicos y sin duda que el subsidio a los partidos políticos, entra dentro de esa categoría.
Así como se le exige a las instituciones y ministerios divulgar detalles de sus planillas, procesos de compra y otras transacciones, la clase política debe revelar la forma cómo se manejan los fondos estatales que le son confiados.
Entendemos que los gastos de publicidad y los concernientes a la organización de convenciones y primarias, son pagados directamente por el Tribunal Electoral, contra la presentación de factura. Pero hay una suma considerable que los partidos manejan en la etapa post electoral y de esos dineros deben rendir cuentas a la sociedad.
Aparte de los B/.17 millones que recibirán en los próximos años, ya se han gastado más de 15 millones de balboas correspondientes al subsidio que entró en vigencia, durante el período electoral de 1999.
Cuando en el país se habla de recortes a las entidades de Salud y a la Educación, no se puede permitir que organizaciones políticas reciban sumas millonarias y que la opinión pública no sepa en qué se gastan esos dineros. ¡Cuentas claras, señores!.
PUNTO CRITICO |
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