CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, promuevo malas conductas

"Los hijos son el espejo
del hogar". Esta es una premisa que se escuchó en tiempos de
nuestras abuelas, pero que hoy son tan vigentes como lo serán después
del próximo milenio.
Los niños son criaturas en formación y en ese proceso de
desarrollo de la personalidad y carácter están como una esponja
absorbiendo todo lo que gira a su alrededor, y qué mejor escuela
que el hogar. Allí aprenden a saludar, ser corteses y no decir palabras
obscenas. Ese es el ideal de la formación de un hombre del futuro.
Sin embargo, en casa estos pequeños escuchan a sus mayores decir
palabrotas y hacer gestos groseros a terceros. Luego ellos lo repiten y
los adultos lo celebran con mucha gracia. Estos niños van en crecimiento
y la conducta que en un momento le fue aplaudida la adoptan como algo natural,
y la agregan a su programa informativo aplicándola en cualquier momento
y lugar.
"Qué niño malcriado" se escucha decir. Sin embargo,
no es el niño el responsable. Se debería decir "qué
padres mal educados", pues es en el seno del hogar donde se enseñan
los verdaderos principios sociales.
A menudo se escuchan a estos traviesos angelitos ofendiendo a sus compañeros
de clases, tanto dentro como fuera del aula, con calificativos realmente
escandalosos. Dónde lo aprendieron? En la escuela? No. La escuela
es el campo donde desbordan su energía y aplican sus conocimientos
sociales ya adquiridos.
Luego, hagamos un examen de conciencia y velemos por la formación
correcta de nuestros hijos para hacer del país el hogar de hombres
y mujeres rectos y respetuosos.

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