EDITORIAL
Purga en la PTJ
Tal cual como se remece un palo de mango para que caigan al piso los frutos podridos, ayer se produjo una sacudida grande en la Policía Técnica Judicial. Las cifras así lo hacen ver. Veintitrés funcionarios fueron destituidos, 29 sancionados, a una veintena se le envió de vacaciones y medio centenar podrían recibir una jubilación especial.
Esta parece ser la respuesta de las denuncias de corrupción que a los cuatro vientos fueron pregonadas. El caso era grave y Rodolfo Aguilera, director de la PTJ, no le tocó otra que actuar y registrar para la historia el mayor movimiento de personal desde que fue fundada la entidad en 1991.
Las pesquisas a lo interno reflejaron lo que ya se conocía. Venta y empeño de armas de reglamento o armas confiscadas; cobro de sumas de dinero para agilizar trámites a lo interno y apropiación de combustible fueron los actos de corrupción más graves, lo que refleja que sí se investigó.
Lo sucedido revela que la propia PTJ puede depurarse. Además con la reestructuración puede hacer que la institución recupere la imagen perdida y la confianza de la ciudadanía.
Tomar decisiones radicales como despedir al corrupto es un acto plausible, pero lo más importante es imponer controles para prevenir que se repitan hechos similares. La auditoría permanente sobre el manejo de expedientes dentro de la PTJ y en las esferas del Ministerio Público y el Organo Judicial, es la manera más económica y fácil de controlar y disminuir la posibilidad de corrupción.
El personal de la PTJ que no ha sido contaminado por el gusano de la corrupción debe renovar sus esfuerzos por mejorar la imagen de la institución auxiliar en la investigación de los delitos. Hay que levantar la frente y desarrollar una labor eficiente y honesta, ya que en un trabajo como el que se desarrolla en la PTJ existe la permanente tentación.
La cúpula de la PTJ debe también incentivar al personal honesto y más capacitado, promoviéndolos a cargos de dirección, ya que con una sistema de méritos se mantendrá un buen ambiente de trabajo en una institución que busca la profesionalización de toda su estructura.
El trabajo no será fácil y ojalá esto sea un mensaje para que se sometan a iguales condiciones a todo aquel que haya sido denunciado por corrupción, porque llegó el tiempo de ponerle el cascabel al gato.
PUNTO CRITICO |
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