La incautación de 2.5 millones de dólares en un camión de venta de frutas y legumbres revela la audacia del crimen organizado. Las investigaciones preliminares revelan que el efectivo procede de Guatemala.
Allá el 7 de septiembre pasado, tres sujetos tomaron el dinero que iba a ser enviado a la Reserva Federal de los Estados Unidos por un grupo de bancos de la nación chapina. El robo de casi 9 millones de dólares se perpetró en el aeropuerto La Aurora.
Todo indica la existencia de una mafia transnacional que envía el producto de sus ilícitos a terceros países para que los investigadores pierdan el rastro. No sería de extrañar que así como los carteles de la droga tienen células en diversas naciones, los asaltantes hayan copiado ese método de organización para sus operaciones.
Quizás las personas que transportaban el dinero y que fueran capturadas en Santiago de Veraguas fueron el último eslabón de la cadena y los verdaderos cabecillas o destinatarios del dinero nunca sean identificados.
Así se maneja el mundo oscuro donde los autores intelectuales nunca o casi nunca dan la cara cuando ejecutan sus operaciones.
La incautación de esa suma y de otros realizados en la Zona Libre de Colón revela que a Panamá está ingresando una enorme cantidad de dinero de procedencia ilícita. Aunque existen controles en el sector financiero para evitar la penetración de dinero sucio, la mafia se las ingenia y tiene toda una serie de fórmulas para introducir el efectivo a la economía nacional, para que luego salga lavado, almidonado y planchado.
No se sabe cuándo, pero hay que seguir combatiendo el mal hasta que erradiquemos toda la basura que afecta todo nuestro sistema social.