Bayern de Múnich fue ayer claro dominador ante la Juventus en un partido en el que sólo le faltó el gol, que hubiera merecido ante todo por todo lo que hizo en la primera parte ante un rival que lució desconcertado y que tardó mucho en lograr asentarse en el terreno.
El Bayern salió al campo en plan dominador y llegó a poner contra las cuerdas a la Juventus que también intentaba atacar, pero sólo lo lograba en esporádicas ocasiones de contragolpes.
No se trataba del clásico partido que muchas veces se juega contra un equipo italiano en el contrario tiene el balón, pero sus arrebatos ofensivos mueren a más tardar a un metro del área contraria.
El Bayern no sólo tenía el balón, sino que estaba llegando al área con peligrosidad y la defensa de la Juve parecía de todo menos segura.
La más espectacular de todas llegó en el minuto 19 cuando Franck Ribéry se deshizo dentro del área de tres defensas de la Juve y lanzó una vaselina que superó a Gianluigi Buffon y pasó rozando el travesaño.