"¡Viva Endara!"
El grito se escuchó ayer en las afueras de la Catedral Metropolitana, donde una significativa muestra del pueblo panameño seguía el desarrollo de la ceremonia de las honras fúnebres.
Eran las 11:45 cuando las campanas empezaron el repicar de despedida que se confundió con las notas tristes arrancadas a las trompetas de los músicos del Cuerpo de Bomberos.
El féretro-que era cargado por seis fortachones cadetes de la Policía con un uniforme de gala-estaba cubierto con la bandera panameña de vívidos colores.
Con cuidado fue depositado en el camión de la Zona 4 del Cuerpo de Bomberos de Panamá, arreglado con un manto negro en la plancha y sendos arreglos florales a los lados, cuyas rosas blancas se iluminaron a plena luz del día con la candela saliente de cuatro antorchas encendidas en las esquinas del vagón fúnebre, custodiado por diez unidades bomberiles de diferentes rangos.
Al fondo, la banda bomberil soltó piezas instrumentales melancólicas.
EL CORTEJO
Bajo la agonía provocada por un ardiente sol se inició el cortejo fúnebre. Los presentes se agitaron al compás de pañuelos blancos y una que otra pancarta. Todos querían estar cerca de la carga mortuoria.
Cuando el bombero operador Jair Ruiz, un hombre de 32 años, encendió el motor del camión para iniciar el recorrido hasta Santa Elena, en Parque Lefevre, la masa empezó a dispersarse para tomar su espacio en el caminar fúnebre.
El astro rey estaba en su apogeo. El sudor y el sofoco se alimentó con la multitud que se abría paso por la ruta que empezó por la Avenida B, en Santa Ana, donde las aceras se quedaron pequeñas para la gente que desde temprano se había acomodado para ver pasar el cortejo.
"Hemos venido desde Chepo. Queríamos despedir a Endara", dijo Raúl Samaniego, un hombre joven, quien junto a su esposa Jacqueline y sus tres hijas menores de 5 años se apostaron en las aceras, cerca a la Bajada de Salsipuedes, junto a otros que procedían del corregimiento 24 de Diciembre, Tortí, La Chorrera, San Carlos, Chame, Sabanitas y distintos puntos geográficos del país.
En los balcones, los niños y adultos se agolpaban, sacando las manos y pañuelos blancos.
A lo largo de la ruta fúnebre que cubrió desde San Felipe hasta Parque Lefevre, el panorama fue similar: gente aglomerada a orilla de la calle, guareciéndose en la sombra de algún poste de luz, toldas fortuitas o sin miramientos, bajo el ardiente sol.
El mandatario Ricardo Martinelli y el vicepresidente Juan Carlos Varela escoltaron en todo el trayecto a la viuda Ana Mae. En cada tramo del recorrido bajaban del automóvil que los transportaba para caminar tras el camión de los bomberos en el que llevaban el féretro.
En otro auto viajaba la ex mandataria Mireya Moscoso y Marcela Endara Cambra, la única hija del fallecido ex presidente. Javier Yap, hijo de Marcela, caminó casi todo el trayecto del cortejo de su abuelo.
Ana Mae de Endara reconoció el gesto de humildad del mandatario Martinelli de acompañarla en todo el trayecto. Era lo menos que podía hacer para honrar a ese "gran panameño", respondió el jefe del Ejecutivo.
Para Juan Carlos Varela la demostración de ayer fue una mezcla de sentimientos: tristeza por la desaparición de Endara, y alegría por ese homenaje tan bonito que le dispensó espontáneamente un pueblo.
CONTRA SOL Y LLUVIA
Cuando el cortejo estaba por finalizar en la vía Justo Arosemena, siendo la 1:05 de la tarde, una pertinaz lluvia empezó a refrescar el ambiente, pero las tenues gotas se convirtieron en gruesos chorros y antes de la 1:30 p.m., los cuerpos de los participantes de la cadena fúnebre estaban empapados.
La ciudad se convirtió en una mancha de paragüitas mientras que los que iban detrás del camión mantenían el espíritu decidido de terminar el acompañamiento batiendo las inclemencias del tiempo.
CANTAN UN HIMNO
Cuando el cortejo llegó a la avenida Santa Elena, cerca de la empresa de cremación Sercresa, era imposible avanzar. Una marea humana se tomó las calles y cantaban a capela el Himno de Acción Comunal: "El mundo nos mira con emoción
Viendo con somos hoy/Pueblo altivo, valiente y siempre leal por nuestra Acción Comunal".
Detrás del carro de bomberos se precipitaban amigos y simpatizantes del ex mandatario, quienes con fortaleza completaron el recorrido de 3 horas y 45 minutos.