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La crisis que golpea a la más grande empresa estatal abastecedora del vital líquido, no es de reciente data, si no que resulta de la acumulación de una serie de vicios y errores que se remontan mucho tiempo atrás.
Son factores internos y externos los que están llevando a esa entidad a la situación en que ha caído, sin visos de recuperación. Quien analiza los acontecimientos recientes se lleva la impresión de que este cuerpo institucional está inmerso en una anarquía, sin ningún tipo de planificación ordenada, a merced de los vaivenes de la política local.
Sólo para hablar de la corrupción que asoma sus tentáculos, hay que ver, por ejemplo, la forma impune como un funcionario de bajo rango podía cobrar dinero por su cuenta para mantener activo el servicio de agua a un cliente moroso.
Cualquier neófito sabe que la corrupción actúa de manera organizada y que la misma no puede ocurrir sin el conocimiento de las altas esferas en una dependencia oficial.
Las interrogantes formuladas por el legislador Jerry Wilson ante el pleno de la Asamblea Legislativa en torno a un crédito extraordinario, solicitado por el IDAAN para los trabajos de la planta potabilizadora de Chilibre, deben ser contestadas antes que se desborden las aguas. |
