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Lili, ubicada al sudeste de Cuba, se convirtió en el cuarto huracán de la temporada al generar vientos de 120 km/h, indicó ayer el Centro Nacional de Huracanes de Miami (Florida).
El centro de Lili se hallaba a 360 km. al sudeste de la Isla de la Juventud (Cuba), y se desplazaba hacia el noroeste a 17 km/h, con su punto de mira en la parte oriental de Cuba.
El gobierno cubano decretó una alerta de huracán para la región de La Habana, las provincias de Matanzas y Pinar del Río, así como para la Isla de la Juventud.
De igual manera, tanto México como Estados Unidos monitorean el paso del huracán Lili.
Hace diez días, el oriente de Cuba ya fue azotado por otro huracán, Isidore, que después causó al menos cuatro muertos y miles de damnificados en la mexicana Península de Yucatán.
Isidore atravesó posteriormente aguas del Golfo de México y provocó torrenciales lluvias e inundaciones en los estados norteamericanos de Louisiana y Mississippi.
Los meteorólogos prevén que Lili podría seguir un trayecto similar al de Isidore.
Para ser considerado huracán, un ciclón debe generar vientos de al menos 118 km/h. Lili es el cuarto huracán de la temporada, después de Isidore, Gustav y Kyle.
Estos dos últimos, formados también en setiembre en el océano Atlántico, no afectaron tierra firme.
Lili seguirá manteniendo su rumbo, aunque “se espera un aumento en su velocidad de desplazamiento y en la intensidad de sus vientos”, según James L. Franklin, del NHC.
En noviembre de 2001 otro ciclón, Michelle, cruzó Cuba con vientos superiores a 140 km/h dejando un saldo de cinco muertos y pérdidas por 1.800 millones de dólares.
En octubre de 1996, un huracán también llamado Lili atravesó la región central y occidental de la isla, destruyendo 90.000 viviendas y dañando unas 70.000 hectáreas de diversos cultivos. |
