Lunes 28 de sept. de 1998

 








 

 

EDITORIAL
Pulsando la lira de la Patria bohemia

Mientras la borrascosa tormenta política pasa y azota como vendaval los estratos más paupérrimos del ambiente citadino, una expresión de mohín asoma al rostro de estas raíces del cielo.

Allende a los arrabales, donde la cerca camina mordiendo el potrero, donde se pudren como tallos las masas irredentas, el Astro Rey es aristocrático y es débil la proyección de las reivindicaciones populares.

Los políticos parecen no inmutarse con el dolor antiguo de nuestro pueblo. Un pueblo con sollozos anónimos que sigue rumiando sus frustraciones con la esperanza esquiva de mejores días.

El pueblo de Panamá, sin embargo, tiene que superar esa actitud de fatalismo y levantarse de sus cenizas traumáticas. Comprender que vamos rumbo a un milenio donde no tienen cabida los prejuicios ni complejos aferrados al alma bohemia del barrio.

Panamá debe despertar con optimismo después de un largo viaje hacia la noche. Así lo proclaman los aedos que el mundo es ancho y ajeno y que en la cumbre se pierden los caminos, por lo que no debemos doblegarnos frente a la adversidad. El reto del destino no puede ser empañado por un alma de cristal ni animado por los gritos del silencio que ahoga la garganta de la Tierra.

Jinetes apocalípticos de luz y sombra cabalgan sobre el firmamento de la Patria que se nos antoja un terreno amoroso cuya simiente oportuna abonará los frutos de una inmortal generación. Por eso, levantamos en alto el estandarte de la dignidad para reiterar que aún tenemos Patria y que empeñamos nuestra palabra por defender su libertad.

Panamá, creemos en ti. Porque en tu suelo nacimos, te veneramos con tus virtudes y defectos. Y es que nos imaginamos que tu cielo es una ventana abierta por donde Dios parece que mirara al mundo. Y bajo ese mismo cielo queremos que la saloma del campesino sea un canto a Dios y a la naturaleza y no el llanto del hombre despojado.

Panamá, timonel del futuro de América, tienes un pueblo que es dueño de un destino superior. Los hombres que forjaron esta nación se inspiraron en tus verdes frondas y en el encanto de tus mares. Por eso, no concebimos verte humillada ni sometida por propios ni extraños.

Forjada tu nacionalidad por la acción libertaria del indómito Urracá y el intrépido español Balboa, además de tantos patricios que son preclaros ciudadanos, te soñamos Patria como adalid de pueblos que no arriarán su enseña de libertad por los siglos de los siglos.

 

 

 


 

AYER GRAFICO
José Agustín Cajar Escala juramenta directiva del Sindicato de Periodistas.


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, Pienso que con pitar voy a remediar los tranques.


OPINIONES



 

 

PORTADA | NACIONALES | PROVINCIAS | DEPORTES | LATINOAMERICA | COMUNIDAD | REPORTAJES | VARIEDADES | CRONICA ROJA | EDICIONES ANTERIORES


   Copyright 1996-1998, Derechos Reservados EPASA, Editora Panamá América, S.A.