Las ciudades periféricas de Brasilia, en las que campean la pobreza y la delincuencia, amanecieron con la seguridad reforzada, a la espera de una tropa de elite que intentará contener una ola de violencia sembrada por bandas del narcotráfico. El gobernador del Distrito Federal de Brasilia, José Roberto Arruda, confirmó que se estudia la posible aplicación de una "Ley Seca" para bajar la violencia.