Lo importante es no hacerlo un vicio. Es cierto, después de cumplir con varias responsabilidades durante la semana, es normal que algunos quieran tomarse unas que otras frías o ciertos tragos para relajarse. Pero, sin darse cuenta pueden crearse un problema que con el tiempo afectará su vida.
Quizás te parezca natural estar tomando todos los fines de semana, pero llega un tiempo en el que no podrás distinguir cuando te estás haciendo aliado del alcohol.
Y es que éste se convierte en un hábito cuando a menudo lo utilizas como: un método de relajación, para aliviar la ansiedad, en algunos casos para poder dormir, para sentirte más cómodo(a), para olvidarte de las tristezas o de situaciones desagradables.
Amigos, llega un momento en el que licor controla la vida por completo; es decir, cuando en lugar de pensar en verdaderas responsabilidades, te preocupas por tener suficiente alcohol para la noche o el fin de semana.
Otra situación se presenta cuando se compra alcohol y se esconde para que otros no sepan qué tanto tomas.
Lo peor será cuando recurras a la bebida en la mañana, con la excusa de tener un buen día de trabajo. Recuerda, menos de siete bebidas por semana y menos de tres por ocasión será lo ideal para recuperar el rumbo de la vida que tenías.