En el presente, todavía hay personas que quieren destacar la supuesta superioridad de un grupo étnico sobre otro. Tal es el caso de grupos políticos en Estados Unidos, España, Alemania y Francia, que rechazan la presencia de inmigrantes extranjeros, pues los consideran competencia desleal laboral y que afectan al desarrollo social. Que solo sirven para llenar espacio, porque son mano de obra barata temporal.
Quien no quiera admitir que las migraciones humanas han permitido el desarrollo de las naciones, está muy equivocado. Aunque a diario vemos mucha gente intentando cruzar el Río Grande, el cual divide a EEUU con México, de que estos sean detenidos para luego ser deportados, también es otra realidad de que muchos profesionales y trabajadores de primera se han trasformado en un motor del desarrollo de la Unión Americana.
Los xenófobos no comprenden el hecho que California, Texas y Florida se han vuelto progresistas por la tesón y empeño de los más de cinco millones de obreros latinos que allí viven, incluso como ilegales.
El hombre siempre ha estado en movimiento y las poblaciones igual. Hasta las grandes potencias se formaron con los inmigrantes y sus valores. Estados Unidos nació con gente inmigrante; sus científicos, diplomáticos, políticos tienen orígenes de otras latitudes. |