El consumo regular de estos alimentos no sólo aporta nutrientes y energía, sino que favorece a las funciones digestivas. Ingeridas en su punto de madurez correspondiente y en cantidades adecuadas, salvo excepciones, resultan digeribles y facilitan el adelgazamiento.
Las frutas ácidas como el limón, la mandarina, la naranja y el pomelo son muy ricas en vitaminas C y potasio, y tienen la ventaja de ser diuréticas y laxantes.
Es necesario aclarar que estas frutas están contraindicadas cuando existen problemas intestinales (inflamación, diarrea o colon irritable). Además, el limón es una excelente ayuda en el régimen de las proteínas, sobre todo si se lo consume crudo.
En cuanto al valor nutritivo, el limón y el pomelo contienen un 10% de hidratos de carbono y la naranja entre un 10 y un 20 %.
Con respecto a la manzana verde, en este siglo, la ciencia médica confirma sus virtudes en cuanto a la longevidad.
La reducida cantidad de calorías que aporta la manzana le permite gozar de una reputación irreprochable y convertirla en la fruta mágica de todos los que buscan una silueta ideal.
Los descubrimientos más recientes han puesto en evidencia la utilidad de esta fruta en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Además, consumir tres manzanas por día disminuye en forma significativa la tasa de colesterol.