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Vista aérea de la central atómica de Yongbyon, Corea del Norte. |
Las negociaciones sobre el programa nuclear norcoreano lograron salvarse gracias a la adopción de una primera declaración conjunta en la que Pyongyang se comprometió a abandonar su arsenal atómico militar con la esperanza de utilizar la energía nuclear con fines civiles.
El documento fue firmado en Pekín por los seis países implicados desde hace dos años en las negociaciones sobre el programa nuclear norcoreano, al término de una cuarta ronda de discusiones que duró en total 20 días.
A principios de agosto, las delegaciones de China, Estados Unidos, Corea del Sur, Japón, Rusia y la propia Corea del Norte no lograron alcanzar un acuerdo que, en cambio, llegó esta vez, tras siete días de discusiones.
Pyongyang "prometió abandonar sus armas nucleares y su programa nuclear y volver al Tratado de No Proliferación lo antes posible, así como aceptar las inspecciones de la AIEA (Agencia Internacional de la Energía Atómica)".
PASO POSITIVO
El presidente estadounidense, George W. Bush, juzgó como un "paso positivo" el compromiso adquirido por Corea del Norte, aún cuando subrayó que deberá "ser verificable".
Ahora, los seis países involucrados volverán a reunirse en la capital china con motivo de la quinta ronda negociadora.
Las actuales negociaciones se pusieron en marcha tras la crisis desencadenada en 2002 por el anuncio de Pyongyang de reanudar su programa nuclear, rompiendo de hecho un acuerdo alcanzado con Estados Unidos en 1994.
Los interlocutores de la dictadura más aislada de mundo, atenazada por una grave crisis económicas, dejaron la puerta abierta a la petición de Pyongyang de contar con un reactor de agua liviana para producir energía atómica con fines pacíficos.
Asimismo, y como Washington ya había dado a entender, "Corea del Norte y Estados Unidos prometieron respetar mutuamente su soberanía, coexistir pacíficamente y comprometerse a normalizar sus relaciones de forma progresiva", prosiguió la declaración.
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