EDITORIAL
Escalada criminal contra los taxistas
Un grupo de malhechores asesinó
anteanoche a un profesional del volante en lo que es una escalada criminal
que se ha desatado contra los taxistas en el área metropolitana.
Lo anterior es preocupante, ya que la mayoría de los conductores
del transporte selectivo son humildes jefes de familia que reclaman mayor
seguridad de las autoridades pertinentes.
Contrario a lo que pregonan las autoridades de policía, se está
incrementando la delincuencia en el país. Sabemos de los grandes
riesgos que corren los taxistas en Panamá y de los temores que han
exteriorizado, pero a pesar de sus manifestaciones de protesta demandando
mayor protección, no parecen haber progresos para solucionar este
problema que amenaza con agravarse.
En enésimas ocasiones hemos cuestionado a los taxistas que se
niegan a llevar pasajeros y a los que transforman, sin pedir autorización
del cliente, las carreras selectivas en colectivas. Los taxistas --y ellos
tienen que admitirlo-- no tienen muy buena imagen pública por culpa
de su actitud con los usuarios, pero tenemos que solidarizarnos esta vez
con los choferes responsables y los que han caído víctimas
del crimen organizado.
Ya basta que estén muriendo a manos del hampa estos esforzados
trabajadores del volante, los que en horas nocturnas exponen sus vidas cuando
tienen que atender carreras a zonas peligrosas porque se lo requieren usuarios
que abordan la unidad rodante con malas intenciones.
Creemos que la Policía Nacional debe diseñar una estrategia
más efectiva que le brinde mayor seguridad a los taxistas, ya que
ese servicio público lo usa la mayor parte del pueblo panameño
ante la escasez y deficiencias del transporte colectivo urbano. Y aunque
los taxistas cometen excesos y abusos con los pasajeros, no por eso hay
que abandonarlos en su cruzada que demanda más protección
ante los embates del hampa criolla.
El trabajo de mayor seguridad no solamente es de las autoridades. También
de los gremios que deben revisar las cuentas leoninas que pagan los "palancas".
La cobertura de riesgos profesionales y más retenes de policía
son algunas de las alternativas. Porque resulta que en tales retenes le
piden identificación a los taxistas y no a los pasajeros que lo acompañan.
Debe establecerse una armónica colaboración que frene en forma
eficaz la ola delictiva que está azotando con mayor rigor a las raíces
del patio criollo.


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