Las amenazas de represalias y la falta de seguridad hacia sus personas y familiares por parte de las personas que resultan detenidos durante los allanamientos, específicamente en casos relacionados con estupefacientes, han comenzado a hacer "mella" en los corregidores del distrito de La Chorrera, quienes han expresado su temor a continuar realizando está labor.
Aunque prefieren mantener sus nombres en reserva, la mayoría de los corregidores Policía de La Chorrera aseguraron haber recibido amenazas al punto que uno de ellos advirtió a la Coordinación de Corregidores que no volverá a participar en estos allanamientos.
El alcalde de La Chorrera, Luis Guerra, dijo ser conocedor de este temor por parte de los corregidores y que se le ha informado a la Policía Nacional (PN).
Parte del temor de los Corregidores se basa en que luego del vencido el período para el que fueron nombrados pudiera cumplirse alguna de las amenazas recibidas por parte de los traficantes criollos.
Mayor riesgo corren los corregidores nocturnos, los cuales terminan su labor a la media noche y que por sus propios medios deben retornar a sus hogares ya que no se cumple la promesa de la Policía Nacional de trasladarlos a sus casas, como medida de protección.
A criterio del alcalde Guerra, los allanamientos en casos de estupefacientes deben ser realizados por la Fiscalía de Droga, independientemente de la cantidad de droga que se presume incautar y no "poner en juego la vida" de los corregidores.
Tiempo atrás la Fiscalía de Droga mantenía en Panamá Oeste un Delegado que se encargaba de estos allanamientos.