Profesor: Yo quiero que me consiga un puesto donde gane lo mismo que Ud.", dijo un estudiante de Periodismo años atrás. Con una sonrisa medio bobalicona contesté: "Está bien, pero primero tiene que estudiar los diez años de universidad que tengo, incluyendo una extranjera. Luego debe adquirir años de experiencia trabajando periodismo en periódicos, radio y TV., y laborar con mucha intensidad, sin mirar reloj, como lo hago yo. Entonces podríamos hablar de ese trabajo..."
El estudiante creyó que me estaba burlando de él, o me había enojado con su petición y no dijo más.
Esto confirma una manera de ser del panameño: Quiere conseguir las cosas sin mayor esfuerzo. Como se dice en el barrio La Compañía, de El Valle de Antón, quiere "coger los mangos bajitos" para no treparse al árbol.
Son muchos los ejemplos de esta manera de ser de algunos panameños: A una oficina llegó un joven buscando empleo. Era el primero de su vida, y ni él mismo sabía si sería buen trabajador.
Pero se disgustó cuando le ofrecieron un cargo menor, para principiantes. El joven quería nada menos que ser subdirector de la oficina. Alegaba que tenía estudios universitarios "y sabía mucho".
No aceptó la explicación que se comenzaba "por abajo", como lo había hecho el mismo jefe. Así aprendería el funcionamiento de la oficina.
El despistado jovenzuelo se sintió ofendido por el sitio donde lo pensaban ubicar. "Yo estudié mucho para ser simple empleado", repetía justificando sus ambiciones.
Por supuesto que el joven quedó sin el empleo, que pudo convertirse en la puerta de entrada a grandes oportunidades, como había ocurrido con los actuales ejecutivos de la empresa.
Existen aquí y en otros sitios, jóvenes que ignoran que para llegar arriba en un trabajo, hay que comprobar primero su capacidad, iniciativa y responsabilidad.
Esas son cualidades que no se enseñan en la Universidad, porque deben pertenecer a la misma persona. De nada valdrán estudios, la juventud "divino tesoro", si se es flojo, camaján, irresponsable, y de poca iniciativa.
Pienso que tanto en el hogar como en las escuelas, hay que advertirle estas realidades a los jóvenes. De lo contrario el salón de clases será una especie de máquina formadora de trabajadores robot, ignorantes de las realidades de la vida.
Es por esto que es importante que un profesor tenga suficiente experiencia en la materia que enseña. Así hablará realidades panameñas y no solamente repetirá teorías de libros alejados de lo que es Panamá.
Digo esto, porque no es extraño encontrarse en la Universidad de Panamá y en otras, profesores que están cargados de títulos... pero nunca trabajaron en su oficio.
¿Cómo podrán guiar y enseñar a un alumno si nunca probaron en la calle si habían aprendido o no lo que les enseñaron? |