Martes 15 de sept. de 1998

 








 

 


MENSAJE
Licencia para morir

Hermano Pablo
Costa Mesa, California

S
e llamaba Nancy Cusan, vivía en Estados Unidos y tenía ya ocho años de estar en estado comatoso. Hacía ocho años había sufrido un accidente de automóvil, y había quedado sin conocimiento. Se le hicieron todos los auxilios médicos posibles, pero su cerebro quedó sin vida.

Después de una larga batalla legal a fin de que se le quitaran los aparatos que le administraban vida artificialmente, la ley decretó que podían quitarle los tubos de alimentación y oxígeno. Y Nancy por fin tuvo la extraña licencia para poder morir. Así ocurren las cosas en este siglo de portentos tecnológicos y de estados de alma complejos y confusos.

Esto nos lleva a reflexionar sobre este medio ese temido pero inevitable evento llamado muerte. ¿Qué es la muerte? El diccionario la define "cesación definitiva de la vida" En efecto, la muerte es la privación permanente de nuestra existencia aquí en esta tierra. Es la terminación irrevocable de nuestra vida física. Es el fin absoluto de nuestro peregrinaje a través de este mundo.

Pero, ¿será la muerte el final de todo? No. Hay una vida interna, una vida espiritual, una vida, si se quiere, cósmica, que la muerte física no puede aniquilar. La muerte física es solamente la transición de una dimensión a otra: de la dimensión de lo físico a la dimensión de lo espiritual.

Jesucristo, dirigiéndose a sus discípulos después de su resurrección, pronunció unas palabras muy interesantes y a la vez importantes: "Voy a prepararles un lugar. Y si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelo conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté" (Juan 14:3). Fue después de eso que El ascendió al cielo.

Muerte es transición. Si hemos aceptado de Cristo el perdón de nuestros pecados, y si nos hemos sometido al señorío de Cristo, somos entonces sus discípulos, y sus palabras "voy a prepararles un lugar" son para nosotros. Siendo sus discípulos, también las palabras del apóstol Pablo se hacen efectivas en nuestra vida. Es una afirmación de vida eterna en forma de pregunta "¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?" (1 Corintios 15:55).

Para el que está en Cristo, la muerte es una amiga, que nos conduce a la presencia misma de nuestro Señor.

Aseguremos nuestro lugar con Cristo hoy mismo, coronándole al El Rey de nuestra Vida.

 

 

 

 

 

CULTURA
Españoles, Argentinos y Chilenos en disco tributo a cantante.

 

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