De manera simple podemos decir que el mejor gobierno es el que arregla lo malo que hay en un país. Y de paso, hace cosas buenas para mejorar el nivel de vida del panameño.
En realidad, gobernar no es tan difícil. Solamente hay que conocer la lista de problemas para ir resolviéndolo. Y se añade una que otra cosa, que se necesite hacer.
Desde este punto de vista sencillo, el gobierno actual no es el mejor.
Faltando poco más de un año para terminar, vemos que en Panamá siguen molestando algunos problemas que no fueron solucionados a tiempo.
No es de extrañar que en el furor de la política, se diga que se hará en estos pocos meses lo que no se hizo en cuatro años. Bueno, son cuentos de políticos... ¡allá usted si se los cree!
Por ejemplo, el problema del tránsito en las principales vías de la ciudad capital sigue sin solución. Los tranques son el pan de todos los días, a cada hora. Ya no hay que esperar las llamadas "horas picos" para perder tiempo y dinero en gasolina, por los tranques.
(No es de extrañar que no se encuentren policías de tránsito cuando las vías están trancadas).
La pobreza por supuesto que no se acabará de la noche a la mañana, en ningún país. Pero aquí, para conseguir votos, se habló de hacer acciones para terminarla.
Aparte de unas cuantas granjas de producción, para ayudar a pequeños grupos campesinos, el costo de la vida ha aumentado de manera notable en los últimos cuatro años.
Para muestra el botón de las medicinas. Hoy son más caras que antes, sin lugar a dudas.
Revise el precio de la canasta básica y verá que el fenómeno se repite.
De la seguridad ciudadana no hay que hablar. Por más que la policía sostenga que "estamos trabajando en eso", el panameño común y corriente siente que la delincuencia ha aumentado.
El entendimiento también es otra muestra de lo que decimos. En cuatro años se ha endeudado al país en centenares de millones. Se dirá que con esa plata se hicieron "obras sociales".
Bueno, queda a juicio de ustedes confirmar esto.
Ni qué hablar de la llamada "percepción de corrupción". Nunca en los años de la nueva Democracia (luego de la invasión de Estados Unidos) el pueblo panameño siente que hay tanta corrupción descarada, nepotismo (puestos para familiares), escándalos, negociados, etc. |