El costo de la canasta básica de alimentos registró un aumento de 1.5 por ciento, que en dinero se traduce en 2.96 balboas. Quizás para muchos la cifra parezca baja, pero en los hogares donde apenas se consigue para cubrir parcialmente los tres golpes de comida, es una suma enorme.
En un mes se registraron incrementos en el arroz, el pollo y el pan de molde, tres productos fundamentales en la dieta del panameño. Cada grupo comercial presenta sus argumentos para justificar el alza. Unos alegan que el incremento de los derivados del petróleo, que la tarifa de electricidad e insumos utilizados en la producción.
Al final de la cadena está el pobre consumidor que no tiene ni a un Chespirito que lo defienda. En Panamá, por ser un mercado tan pequeño, es difícil que las leyes de la competencia funcionen. Cuando hay alguna rebaja, los distribuidores o los intermediarios se quedan con ella y no la trasladan al comprador final.
Ya los años en que el índice de inflación en Panamá no llegaba ni al 2% anual será parte de la historia. El consumidor deberá acostumbrarse a enfrentar cada mes aumento en un número determinado de los 51 productos que integran la Canasta Básica de Alimentos, amén de los otros servicios básicos y del combustible.
Con los precios por las nubes y los salarios estancados, Panamá se convierte cada día en un país caro para el ejército de pobres que conforman su población.