Con dificultad buscaba el nombre del lugar. Una cantidad de letreros de distintos tamaños y colores lo impedía. No esperaba ver tantos anuncios juntos, concluí que era otra manera de contaminar el panorama.
La competencia comercial y política piensa que entre más letreros pueda ver el público más efectiva será la aceptación de la opinión pública. Pienso que si no puedo siquiera leer el primer cartel, menos veré el último. Además, si vas conduciendo tienes el riesgo de salirte del camino.
Otro problema es que entre tanto "letrerío", si existe alguna señal de alto, ésta desaparece por completo.
Eso no es todo. También he visto letreros metálicos tan sucios que el nombre del poblado se borró entre el polvo pegado que tiene encima. Aparte de algunos que están dañados o semiborrados, especialmente los que tienen que ver con las señales turísticas. De estos miré varios en la carretera de Volcán.
Este derroche de letreros no sólo se ve en ciudad de Panamá. Hay tremenda competencia de letreros a orillas del camino entre Veraguas y Chiriquí. Lo más simpático del caso es que anuncian obras del pasado Gobierno.
Parece que esta moda no incomoda, porque aumentan cada vez más las vallas para publicitarse. Pienso que debería hacerse un estudio técnico entre las instancias que tienen responsabilidad en dicho "letrericidio" y establecer la mejor ubicación de los mismos. Los interesados ayudarían a todos los viajeros con esta regulación a observar con calma el horizonte y evitar así complicaciones visuales.
Muchos ciudadanos esperamos que haya un ordenamiento lógico en esta materia y no el conflicto de opiniones sin resultados positivos, que por lo general, causan las peleas de intereses económicos.