La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, mediante su Programa de Asistencia Legal para América Latina y el Caribe, invitó a Panamá y a todos los países participantes del XIII Congreso Hemisférico para la Prevención del Lavado de Dinero y el Combate al Financiamiento del Terrorismo a hacer negocios responsables y seguros.
La jurista Mónica Mendoza dijo que esto se logra haciendo una alianza público-privada, o sea entre los sectores reguladores y el de justicia en la parte pública y el sector financiero en la parte privada, porque estos delitos no se combaten de manera aislada.
"Hacemos la invitación durante este congreso porque es uno de los más importantes, ya que reúne a representantes desde el Cono Sur hasta México, y porque queremos mostrarles como estamos tratando este flagelo a nivel regional", agregó.
Mendoza advirtió que a finales de los 60, la mayor preocupación del mundo era el fenómeno de las drogas, como combatir el tráfico de sustancias y reducir de una u otra forma el consumo. Para muchos y también para nuestra oficina, la principal fuente de financiación del lavado de activos, obviamente se encuentra en el tráfico de sustancias ilícitas.
Según la jurista, este problema en los años 90 demostró que la especialización de las organizaciones criminales en cualquier país del mundo apuntaban a otros tipos de fenómenos que tomaron y que fueron acuñando con el tiempo bajo la denominación de la delincuencia organizada transnacional.
"El tráfico de drogas pasó a ser el primer lugar dentro de la lista, pero sumado a eso se sumaron otro tipo de tráficos como de personas, armas, inmigrantes, órganos y sucesivamente actos y hechos de corrupción en todos los países, les permitió avanzar e identificar que el lavado de dinero no sólo estaba atado al tráfico de sustancias", enfatizó.
Mendoza señaló que siendo así el reto principal de la comunidad internacional que estaba enfocado en la desnarcotización del lavado de activos, ya no estaba solo, estaba acompañado de otros tipos de tráfico, actos de corrupción, fraude y fenómenos atados a terrorismo y a la financiación del terrorismo.
La jurista explicó que el origen de muchos de estos procesos está ubicado exclusivamente en las entidades financieras, aquellas que prestaban o que permitían a través de la elaboración de diferentes contratos de cuenta corriente, cuenta de ahorros, contrato de seguros.
"Tenemos que mirar hacia ellos y buscar cuál era su responsabilidad dentro del sistema, identificar los actores, prevenir, controlar y reprimir".
Detalló que en la actualidad, este tipo de delito se da porque no todas las entidades del sector financiero están reguladas, aunque también hay casos que se dan dentro de instituciones reguladas.