Uno de los pensamientos más certeros que se hayan dicho en voz alta es alque que reza que "todo tiene su tiempo y su lugar". También se dice mucho que "hay un momento para cada cosa". Esta es una verdad universal, y quienes son capaces de definir sus prioridades y actuar de manera acorde con esas decisiones, se conduce de una manera responsable y constructiva.
Tomando en cuenta lo anterior, hay que recordar otra frase que encierra de forma sencilla otra verdad universal que muchos en Panamá olvidamos, o preferimos ignorar. Hablamos de esa que dice "lo primero es lo primero".
¿Qué significa esto? Que hay que saber reconocer cuáles son nuestras prioridades. O más específicamente, reconocer que primero se hace lo que se debe, y después lo que se quiere, independientemente si ambas actividades coinciden o no.
Cuando adquirimos un compromiso, hay que cumplirlo en el momento y de la forma en que nos hemos comprometido a cumplirlo. Si no cumplimos porque tuvimos frente a nosotros obstáculos insalvables, menos mal, pero no es que vamos a dar prioridad a algo de menos importancia a nuestro deber.
En este sentido, hay personas que no saben distinguir entre las responsabilidades y el juego o actividades recreativas. Cuando se adquieren compromisos laborales o profesionales éstos se deben cumplir y no ausentarse de ellos, debido a la participación en alguna liga deportiva.
Compromiso es compromiso. Primero el trabajo y después la distracción, debe ser el lema de todo profesional responsable, sin embargo, hay algunas personas que no lo comprenden. En estos tiempos difíciles donde cada día cierran empresas o éstas reducen personal, lo correcto es ser puntual en el trabajo y desarrollar con eficiencia las labores que se les asignan.
Por ese resulta incomprensible que muchos jóvenes prefieran participar en una liga de pipones, en vez de cumplir adecuadamente sus compromisos laborales. Para el juego y la pachanga siempre habrá tiempo, pero hay que entender que en los actuales momentos el trabajo es lo primordial y hay que cuidarlo, porque muchos desempleados están anhelando el puesto que hoy ocupas.
La situación económica no es la óptima, y el desempleo está ganando terreno nuevamente como una reacción ante la crisis económica mundial. Es un tonto el que no asiste a sus empleos por su conducta irresponsable por asistir a un evento deportivo, donde la borrachera está a la orden del día.
Hay que cuidar el empleo. El que lo descuida pensando que es un vivo y prefiere divertirse que cumplir sus compromisos, es el pendejo más grande del mundo.