Las temperaturas dieron tregua a los equipos de extinción del incendio que ha arrasado casi 50.000 hectáreas, ha calcinado decenas de casas y ha dejado dos muertos en el condado de Los Ángeles. El fuego, cuyas causas se investigan, se encuentra controlado solo en un 5 por ciento y se ha convertido ya en el mayor de la historia de ese condado en el último siglo. Las condiciones atmosféricas se aliaron con los bomberos por primera vez desde que se originó el fuego el pasado miércoles en el parque natural Angeles National Forest, al noreste de Los Ángeles, una zona seca y de denso matorral que no había ardido en 40 años. Las nubes hicieron acto de presencia en el sur de California, lo que refrescó el ambiente cerca de 5 grados e incrementó la humedad ambiental.