Sangre y muerte parecen ser las tarjetas de identificación de fin de semana, en la ciudad capital.
No han caído los últimos rayos del Astro Rey al inicio del fin de semana, cuando empieza la danza del ulular de las sirenas de ambulancias que se desplazan a velocidad para alcanzar la Sala de Urgencias del Hospital Santo Tomás.
Baleados, acuchillados, macheteados, arrastrados, apaleados… en fin, la lista de agresiones es casi interminable, pero la realidad es una misma: son víctimas de la violencia.
Según informes, el nivel de violencia en el mundo entero es alarmante en extremo y no son protagonistas sólo los hombres a quienes les gusta pelear y guerrear, sino también muchos ciudadanos promedios.
Según el psicólogo Abelardo Lambraño, especialista en la conducta humana, esa tendencia pareciera una tercera guerra global.
Pelean los esposos cuando mengua el amor entre ellos creando un ambiente cargado de frustración, frialdad y violencia matrimonial que a veces llega a los límites físicos dando origen a la alta tasa de violencia doméstica.
Pelean los hijos con los padres y viceversa; los hermanos y otros miembros de la familia, dando como resultado el maltrato de niños, de padres, enajenación, vidas infelices y retorcidas mal encaminadas que engrosan la violencia.
Y de allí pasan a la frontera de la violencia macro quebrantando la Ley, asesinando, robando y hasta violando.
La batalla social es preocupante, reflexionó Lambraño, quien explicó que el hombre es violento por instinto natural.
C: ¿Puede el hombre domar el animal feroz que lleva dentro?
L: Sí.
La respuesta del especialista es una esperanza de construir una sociedad pacífica.
Explicó que reducir el nivel de violencia empezando primeramente por eliminar los actos violentos en la propia vida, es decir, intentando aplicar conductas pacifistas en su manera de relacionarse con los demás y consigo mismo.
La ira, el rencor, el odio, la venganza, la envidia y otros males deben ser manejados con cautela para que las emociones del corazón no ardan.
Lambraño aseguró que algunas circunstancias de la vida cotidiana como las frustraciones, injusticias, desengaños, a veces provocan reacciones violentas, pero el dueño de esas acciones puede dominarlas.
Para el psicólogo, cuando un corazón es alimentado con violencia, de él sólo saldrá violencia como un volcán activo arrojando azufre al fuego.
"Las estadísticas lo confirman: En los que se emborrachan y usan drogas hay una tendencia marcada de cometer actos violentos, tanto contra sí mismos como contra sus semejantes", aseguró.
Es necesario dominar los hábitos que engendran violencia: botellas de ron, whisky, vodka, ya que de allí salen como genios embotellados, las peleas, machetazos, puñaladas y muerte; hay accidentes, divorcios y sufrimientos sin fin.
Con la cocaína, la heroína y la marihuana se envalentonan los robos, violencia sexual, homicidios, mentes y cuerpos destruidos.
REGLAS
No permita que salgan de su boca palabras toscas, insultos y maldiciones cuando habla con los demás, porque las palabras malas contribuyen mucho a la violencia. Respete el derecho de los demás a sus propias opiniones y convicciones y no tome armas para amenazar y matar a los que no estén de acuerdo con usted.
LLAMADO A LA PAZ
"Bien aventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios" (Mateo 5: 9). "Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz" (Santiago 3: 18).
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