Para los residentes de la comunidad de Chiguirí Arriba de Penonomé un entierro se ha convertido en una verdadera odisea, en donde deben subir más de cien escalones y caminar por un área peligrosa, en donde inclusive han rodado cadáveres.
Según cuenta Gregorio Morán, residente de la comunidad de Chiguirí Arriba del norte de Penonomé, es un riesgo y grave peligro más que todo en invierno, porque hay que subir por una vereda deteriorada y más de cien escalones para poder enterrar a los difuntos.
Cuenta el campesino, que el cementerio está ubicado en un cerro muy inclinado, y por ello los accidentes que se registraban a la hora de enterrar un muerto.
Comentó que solicitaron que se construyeran escaleras, pero en su lugar se habilitó una acera muy empinada, que también es un peligro cuando están mojadas.
Franco Ruiz, representante del corregimiento de Chiguirí Arriba de Penonomé, aclaró que en ningún momento ha habido partida para la construcción de estas escaleras, ya que se trata de un aporte de fondos o ayudas sociales de la Junta Comunal. Aseguró que en este período que inicia a partir del 1 de septiembre se completarán estos trabajos, aunque mencionó que se ha pedido apoyo a la comunidad, "pero si hemos invertido en estos trabajos más de 100 bolsas de cemento".
El campesino Morán recordó que cuando se presentó el problema, el edil de Chiguirí, les informó que tenía un proyecto de escalinatas hacia el cementerio de la comunidad. "Lamentablemente este proyecto no se ha concluido", indicó.