El padre de un vaquero australiano acusado de combatir junto con los Talibán en Afganistán dijo que vio a su hijo por primera vez en cinco años el miércoles antes que un tribunal militar estadounidense iniciara la audiencia de cargos.
David Hicks, de 29 años, llegó al tribunal vestido con traje gris oscuro y corbata, y aire de corredor de Bolsa. Dos años y medio después de llegar a Guantánamo, delgado y con cara aniñada, lucía bastante más viejo y robusto.
CRIMINAL DE GUERRA
Hicks está acusado de asociación ilícita para cometer crímenes de guerra, ayudar al enemigo e intento de asesinato por disparar contra fuerzas estadounidenses o de la coalición en Afganistán.
"Yo esperaba que nos devolvieran a David en Australia después de tres meses", dijo su padre, Terry Hicks, quien arribó el martes desde Adelaide, Australia, con la madrastra de David, Beverly. "No me parece que sea un sistema imparcial y honesto".
Las autoridades militares dijeron que le permitirían a Hicks una reunión con sus padres después de la audiencia preliminar. Se reunieron 15 minutos el miércoles por la mañana antes del inicio del procedimiento. No había guardias, pero no estaba claro si Hicks estaba engrillado.
Hicks, que llegó al campo de prisioneros en Guantánamo en enero del 2002, podría ser condenado a perpetua de ser culpable. Se preveía que se declararía inocente en la audiencia del miércoles.
Cerca de 600 prisioneros se encuentran en la base naval de Guantánamo, Cuba.