Panamá no puede bajar la guardia en la prevención de la fiebre aftosa, el hecho de ser un país fronterizo, nos mantiene en riesgo permanente de contagio.
Franklin Clavel, director técnico de COPEG, explicó que la enfermedad puede venir de cualquier lado, en este caso, las mercancías que entran del libre comercio constituyen un riesgo para cualquier país.
Para evitar un brote, dijo que tenemos que cerrar filas y actualizar los requisitos sanitarios porque en un descuido, no solo entrará la enfermedad por la frontera, sino también por el aeropuerto y los puertos.
Nuestro país tiene 30 años de prevención de la fiebre aftosa en conjunto con Estados Unidos, donde se han invertido unos 50 millones de dólares en este proceso.
Destacó que el principal riesgo de transporte de la enfermedad, es el animal vivo, por ello tiene un activo programa de vigilancia permanente en todo el país.