CREO SER UN BUEN
CIUDADANO
Sin embargo,
no cuido de los ancianos
¿Qué
es la verdad, sino llegar a viejo y morir? La ancianidad es la
última ventana de la vida, la más cierta e ineludible,
si el hado no dispone cortar con un suspiro la existencia.
No se contemple una flor marchita y se piense en la vejez
como un lastre, como mácula en el llamado a la felicidad.
Todo lo contrario, sólo el ser humano y el vino mejoran
su condición con el tiempo; un anciano es la virtud, el
tiempo vivido sin pausa, riqueza inestimable y dolor ofrecido
en holocausto al Divino Componedor.
Dejar al viejo en la calle, es renunciar al goce de la vida;
es menospreciar la Gracia Divina del aliento y el perdón.
Cuidemos de ellos, porque son nuestro tesoro.
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