TEMAS DE ACTUALIDAD
Un nuevo
gabinete en nuestro "Crisol de Razas"

Alberto S. Barrow N.
Crítica
en Línea
Con gran optimismo
y simpatía, buena parte del pueblo panameño ha
recibido el anuncio que hizo la Presidenta electa de la República,
Doña Mireya Moscoso, en torno a la conformación
de su gabinete. Este ánimo de la población es propio
de momentos como el que transita nuestra sociedad: un cambio
de gobierno. Son tiempos de esperanza; de buenos augurios; de
mirar el futuro confiados en que las cosas, en general, mejorarán
y que se abrirán surcos económicos y sociales que
conduzcan a más y mejores oportunidades para todos los
panameños y panameños, así como los extranjeros
residentes en nuestro país. A varios días del anuncio,
ya han sido vertidos algunos juicios sobre la composición
del equipo de trabajo que, a partir del 1 de septiembre, tendrán
la responsabilidad, de primera línea, de conducir los
quehaceres del Estado.
En efecto, ya distintos sectores políticos y sociales
se han pronunciado sobre el carácter y la naturaleza de
las designaciones. Me atrevería a afirmar, pienso que
sin mayor riesgo, que las opiniones han sido favorables y apuntan
hacia otorgar al equipo, las ya tradicionales 100 días
de gracia, para luego proceder a una evaluación de su
desempeño colectivo. De hecho, este impasse también
alcanza a la mandataria electa. Doña Mireya estará
a prueba; un poco como ocurre en lo cotidiano a aquel que ha
sido escogido para un trabajo y queda sometido a la observación
de un supervisor para, al cabo de un tiempo, ser confirmado o
desaprobado en función de su ejecutoria. En el caso que
ocupa nuestra atención, esa supervisión corre a
cargo de todo el pueblo panameño.
En ese sentido, comparto la mesura con la cual se han expresado
distintos sectores de la vida nacional, entre éstos, por
supuesto, la clase política, con respecto a las designaciones
hechas por la Mandataria electa. No obstante, y sin ánimo
de alejarme de esa prudencia, ni mucho menos incomodar a nadie,
me atrevo, a riesgo de ser cuestionado (y quién sabe,
qué otras cosas) a hacer un señalamiento que estimo
puntual. El mismo tiene relación a un detalle que, tanto
este servidor, como otras personas con las cuales he intercambiado
en estos días, hemos observado, y de cuya lectura en el
plano socio político, podrían desprenderse interpretaciones
diversas, acertadas o equivocadas, pero, visiones al fin.
Se trata del hecho que en el gabinete ministerial por estrenar,
resulta evidente la ausencia de lo que pudiera calificarse como
una representación o, mejor sea dicho, una expresión
de la multiplicidad étnica, característica de la
nación panameña. En un "Crisol de Razas"
como el nuestro ¿acaso no sería apenas natural
que ese mosaico que nos distingue en este mundo y del cual, con
razón, nos enorgullecemos, se exprese en un acontecimiento
tan significativo como al que aludimos? ¿Será acaso,
necedad o mucho pedir?.
Seguramente, se podrá señalar que la cosa no
es tan mecánica. De esto soy consciente. Por estudios,
y algo de experiencia acumulada, sé perfectamente bien
que el mecanismo, como instrumento de análisis, pocas
veces ha resuelto interrogantes como el que aquí he colocado.
El mecanismo suele adolecer de una suerte de incomprensión
de las asimetrías inherentes a los fenómenos sociales,
de modo que siempre me ocupo de guardar distancia de él.
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