El profesor Juan Jované, director general de la Caja de Seguro Social y el Lic. Alvin Weeden, contralor general de la República tienen un gran mérito, nos han hecho pensar a todos los panameños en la existencia de nuestra institución de seguridad social, logrando que diversos sectores se pronuncien.
Se ha entablado el tema en la mesa del Diálogo Nacional, estableciéndose un debate difícil, como es lógico, por tratarse de temas económicos y sociales que nos afectan a todos dentro de las fuerzas productivas.
Esto va a plantear en el futuro, que al nombrar a nuevo director, más que pensar en su profesión, actividad o pretensión, tendrá que darse cuenta que la Caja de Seguro Social no es un botín y que tendremos que buscar soluciones ingeniosas.
Por ejemplo, se ha agotado la búsqueda de todos los cotizantes. No lo creemos, porque hay muchos panameños en el exterior, en especial en los Estados Unidos, que sueñan con jubilarse con doble pensión.
Pero muchos se estrellan al enterarse que las empresas donde trabajaron no les cotizaron los que les cobraron, entonces es una falla de la institución en no darle seguimiento a quien realiza sus aportes; ahora con la tecnología, todos debemos tener acceso a nuestras cuentas individuales y no debe existir ningún secreto en este tema.
También debe buscarse una fórmula para los independientes que quieren pagar sus cuotas y se les dificulta hacerlo; igualmente, debe permitirse la aplicación de una tarifa a todos aquellos que se quieran atender en el Seguro.
La verdad es que el Seguro arrastra muchas cosas en la historia de sus directores generales, que no han pensado como administradores y hoy nos enfrentamos a esa triste realidad, que nos debe llevar a buscar soluciones, superando la anacrónica teoría de la lucha de clases. |