El licor es algo serio. Es bellaco. Es el principio de males y el final, pero también es el líquido que consume el alma de los pecadores. Es quien gobierna la mente del hombre y lo lleva de la mano a cometer niñadas, crímenes, adulterio, lujuria y actos deshonestos. Todavía hay más, pero es precisamente eso lo que hace el 'guaro'. Te deja rega'o y con la cabeza inclinada, pues no recuerdas lo que hiciste ayer, pero sí lo que te comentaron que hiciste.
Hay gente del barrio que se la pasa del vecino moralista. Nunca se le ve bebiendo. Es un ejemplo de hombre, pero cuando alguien lo invita a una fiestecita se le sale el otro yo y después todos se preguntan: "¡Ey!, ¿Ese no es Pepe, el bueno? Míralo está bien daña'o". Lo mismo ocurre en los ministerios ¿y qué decir de la gente que labora en las empresas privadas?.
En eventos sociales que se invita a todo el personal siempre salen los cuentos al día siguiente. "Ey, ustedes vieron a este man. Chuzo, yo lo vi bien daña'o". "Esta pela' se fue con el pela'o de allá".
Antes de inyectarse un 'chat' siempre es bueno leer la Biblia para ver qué dice Dios de eso, pues en este libro se encuentra el manual de la vida y funciona casi igual a los manuales que vienen en los electrodomésticos nuevos. En la carta a los Corintios en el capítulo 6 versículo 10 se dice claramente que "ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. Más claro que esto no puede estar.
Si nos creemos buenos ciudadanos, comencemos a cambiar definitivamente nuestras vidas de una vez por todas. |