Era un chico plástico, de esos que hay por ahí...¿Recuerdan la canción de Blades? El tema del canta autor panameño capta claramente a este tipo de personaje que no tienen dónde caer muertos, pero se jactan de que son los que más tienen.
Muchos panameños viven de la pifia, la cual definimos como una enfermedad del trópico istmeño que poseen ciertas personas. Usualmente son los que endiosan las cosas materiales y piensan que son todo en su vida.
Hay casos a montones, pero al que nos referimos en particular es al de aquellos hombres que gastan todo un dineral en comprar un rines de lujos con el único fin de pifiarlos entre sus amigos y/o sus novias. ¿Qué se gana con esto? Un muchacho tal vez responderá que así logra levantar la mayor cantidad de chicas. Pueda que sea cierto, pero ¿qué pasa con un carro destartalado, buenos rines y cero plata en los bolsillos? Con esta fórmula, no hay levante que pueda salir a comer arroz con huevo porque no hay dinero.
Los hombres deben dejar de poner las cosas materiales en primer lugar. Hay que demostrar más inteligencia si queremos llegar a conquistar el corazón de una dama.
¿Cómo podemos hacerlo? Hay que ser naturales. Ser uno mismo es la mejor carta de presentación que se pueda tener. Así la chica notará que no se enfrentará a dos personalidades y no se sentirá confundida.
Comer arroz con huevo no es que sea malo. Es rico y saludable. Lo negativo del asunto es tener que hacerlo por complacer caprichos materiales que no enriquecen ni el espíritu ni nada.
Seamos ciudadanos de calidad que tengamos presente que las apariencias siempre engañarán y tarde o temprano se descubren. Seamos nosotros mismos, sin importar el qué dirán. Haz que lo lujoso sea tu humildad y no cuatro simples rines que se oxidan por el efecto natural.
